Descripción
Colocación. Estas mascarillas se ajustan perfectamente tanto por debajo de la barbilla como en el puente de la nariz, por lo que no dejan ningún resquicio por el que pueda entrar el aire.
– Materiales. Todas están fabricadas con tejidos transpirables, lo que ayuda a que no se acumule la humedad en la entrada de las vías respiratorias y no se cree el conocido como microclima facial.
– Válvulas. Una mascarilla, sea del tipo que sea, siempre va a dificultar la respiración. Los modelos deportivos suelen incorporar una o dos válvulas que facilitan la entrada y la salida de aire y a su vez ayudan a reducir la humedad.
– Filtros. Aunque están pensados para impedir la entrada de agentes externos como el polen, el polvo o cualquier tipo de partícula generada por la contaminación en las grandes ciudades, sus numerosas capas pueden hacer de barrera de forma eficaz. Normalmente una de estas capas contiene carbono activo que ayuda a purificar el aire. Estos filtros están catalogados como PM 2.5, ya que impiden la entrada de partículas más peligrosas que se encuentran en la polución y que tienen un diámetro de 2.5 micras.
– Reutilizables. Estas mascarillas son fáciles de lavar y pueden usarse varias veces, aunque llegará un momento en el que haya que sustituirla (se recomienda cambiar cuando se superan las 140 horas de utilización o los seis meses si su uso ha sido medianamente regular).
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